“O aquí hay Dictadura o hay Democracia, pero las dos cosas no puede ser”

Para Noé Pernía, “la oposiciòn tiene que sentarse a discutir un principio fundamental de la filosofìa polìtica del paìs: en Venezuela existe: o una dictadura o una democracia. Pero las dos cosas a la vez es imposible. Noé lo cuestion al comentar la contradicción entre las protestas estudiantiles del 2007 y las aspiraciones actuales de sus líderes a ocupar cargos públicos.

Esta es su columna:

-1-A finales de la dècada de los ochenta cambiò la morfologìa juvenil de las universidades pùblicas venezolanas, se verificaba un agotamiento de aquella generaciòn contestataria que condujo a una mucho màs utilitaria y tecnòcrata como la que aùn tenemos hoy dìa.

Quizà por ello miramos siempre en silencio y con sospecha el surgimiento de esas emociones gratuitas alrededor del evento estudiantil de 2007.

El gobierno cerrò el primer canal de Venezuela y en ese caldo de cultivo naciò dicho «movimiento», cuya carencia màs dolorosa fue la falta de entrenamiento polìtico y la excesiva malcriadez contaminante de los medios de comunicaciòn masiva.

Asì, cada estornudo del «movimiento estudiantil» fue acompañado de càmaras, micròfonos y transmisiones en vivo y en directo. Algo nunca visto anteriormente.

Es por esta razòn que la telepolìtica terminò fusilando lo poco que de original mantuvo esta iniciativa universitaria y de la educaciòn media en Venezuela.

Muchos aseguran que aquel «movimiento estudiantil» tuvo un papel protagònico en la derrota gubernamental del pasado 2 de diciembre de 2007.

Lo cierto es que sea “derrota gubernamental” o “triunfo de la oposiciòn”, el «movimiento estudiantil» hibernò desde la navidad pasada hasta la octavita de carnaval de este año… cuando volvemos a tener noticias de su resurrecciòn.

Aquella piroctenia estudiantil del 2007 concluye ahora con las candidaturas de Yon Goicochea y Stalin Gonzàlez, al parlamento y a la alcaldìa de Libertador en Caracas.

¿Què pasò con las protestas contra la dictadura castrocomunista?, ¿què pasò con la flagrante violaciòn del gobierno contra la libertad de expresiòn del pueblo venezolano?

-2-La oposiciòn tiene que sentarse a discutir un principio fundamental de la filosofìa polìtica del paìs, si quiere guardar cierta coherencia frente al pueblo que le escucha y trata de entender sus planteamientos.

En Venezuela existe: o una dictadura o una democracia. Pero las dos cosas a la vez es imposible que convivan a los efectos del mensaje polìtico que quieren llevar a la naciòn.

Y es por esta razòn que nadie en la comunidad internacional entiende muy bien el conflicto venezolano. Dictaduras y elecciones nunca han sido amigas.

-3-El ejercicio polìtico del «movimiento estudiantil», si es que tal ejercicio llegò a experimentarse alguna vez, se limitò a las grandes jornadas de protesta secundadas por la baterìa incondicional de los esperanzados medios de combate polìtico antichavista.

Lejos de eso, y lo estamos comprobando en estos dìas, no existiò un proyecto de contraste contra el militarismo de Hugo Chàvez Frìas, salvo este par de candidaturas y la profunda borrachera del referendo de diciembre, que al parecer, no ha terminado aùn.

-4-Repudiar las elecciones serìa un error imperdonable, mucho màs si ya hemos visto que existe la esperanza de utilizar el voto para aniquilar esta pesadilla militarista.

Pero entonces hay que esforzarse en generar una lectura mucho màs plural y profunda del paìs que se nos mueve bajos los pies.

Una lectura que incluya a ese pueblo chavista y opositor por muy difìcil que esto parezca.

Porque hasta ahora, venimos consumiendo sòlo dos imàgenes simbòlicas de la realidad venezolana: la que trata de hacernos engullir la propaganda militarista, y la que proporciona la esquizofrenia de los medios televisivos de combate antichavista.

Desafortunadamente, hasta ahora le estamos siguiendo el juego al mito polìtico de la polarizaciòn surgido de esa dicotomìa, que tanto conviene a cierta fracciòn opositora y a la ideologìa oficial de Miraflores.

Divide y venceràs, nada como esto es tan favorable a quienes buscan rèditos electorales y simpatìas de masa en el cuadro sociopolìtico que actualmente vive la naciòn.

Por esta razòn, los lìderes del «movimiento estudiantil» ni siquiera han comenzado la tarea històrica de romper paradigmas.

Sòlo de esta forma, rompiendo paradigmas utilizando la audacia propia de la juventud, pueda que realmente superen a sus predecesores, aquellos que al final de cuentas son quienes detentan el poder desde hace ya casi una dècada.

De la generaciòn boba al movimiento estudiantil
Noè Pernìa
Noticias24